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-¿Has visto, hada Iluminada? hay un papelito ahí para esta noche. Reunión de hadas a las 20.00 horas.
-¿Para qué será, hada Raquel?
-No sé. Después iremos y nos enteramos.
Llegaron las 20.00 horas y empezaron a llegar muchas hadas. Cada una... se iba sentando por orden. Ocuparon muchas sillas. Aquella reunión presagiaba ser interesante.
Cuando todas estuvieron sentadas, la hada Superiora tomó la palabra.
-¡Buenas noches, hadas amigas! Y muchas gracias por vuestra asistencia.
Debatiremos temas de gran interés. Estamos aquí para intentar de arreglar cosas muy graves, qué si no tomamos medidas no se arreglarán solas. Así qué debatiremos estos temas. Cada una de vosotras deberá poner encima de la mesa qué problema ve en este mundo. Empecemos.
-¿Hada Iluminada?
-En el mundo hay guerras y personas muriendo de hambre. Me parece horrible.
-¿Y tú, hada Mercedes qué problema quieres plantearnos?
-Pienso qué hay personas privadas de su libertad injustamente, también de expresión.
-¿Hada Mery?
-Hay muchas injusticias con los niños. Me preocupa muchísimo el maltrato hacia ellos.
-¿Hada Raquel? es tu turno.
-Pienso qué hay mucha violencia contra las mujeres, también contra los hombres. No lo olvidemos.
-¿Hada María?
-Veo qué se hace muy poco para salvar nuestro planeta, se está destruyendo.
-¿Hada Esther?
-Hay muchas injusticias con los animales.
-¿Hada Lidia?
-Hay muchas personas sin trabajo. Cada vez hay más y es preocupante.
-¿Hada Ana?
-Hay violencia en las calles. Da miedo pasear por ellas.
Y así siguieron largo rato...
La hada superiora tomó de nuevo la palabra.
-Cada una de vosotras partirá a su nuevo destino. Lo hará de la siguiente manera. Trabajaréis para lo qué a cada una de vosotras les preocupa. Pediremos ayuda a personas cualificadas para ello. Sé qué son misiones de gran dificultad. Pero lo conseguiréis no os quepa ni la más mínima duda.
A los pocos días... cada hada partió a su nueva misión. Serían ayudadas por personas de gran sabiduría y prestigio.
La hada Superiora pensó que lo encomendado era una tarea difícil, pero sabía qué tod@s darían lo mejor de si mism@s.
Autora Verónica O.M.
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