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Preciosa imagen de internet
relato cómico escrito por mi |
Los rayos de sol, entraban por la ventana. Julieta de un brinco se levantó, seguro que ya estaba esperando la gitana qué le traería lo que le encargó.
Se vistió muy deprisa, y con los dedos las greñas se peinó.
Bajó despacito la escalera, no quería tener un resbalón.
El padre, todavía dormía ya qué se levantaba más tarde, aprovechaba aquel momento para no ser descubierta por el buen señor.
Abrió con cuidado, el gran portón saliendo despacito al exterior.
-Buenos días Julieta. ¿Se le pegaron las sábanas hoy?
-No señora gitana. Al entrar los rayos de sol por la ventana, brinqué sin perder ni un segundo. Perdóneme vos si la hice esperar un poco.
-No pasa nada Julieta. Muy poco tengo que hacer hoy.
-¿Me trajo la poción?
-Si Julieta. Aquí la traigo exclusivamente para vos. Bueno para el apuesto Romeo, que si yo tuviese menos años...
-Señora gitana, ¿qué confianzas son esas?
-Perdoneme joven Julieta, es que hace tiempo no tengo varón. Aquí tiene Julieta. Cuando llegue hoy, le da de beber agua y le echa un poco de esta poción. El resto lo guarda para mejor ocasión.
-¿Cuanto debo ponerle, señora gitana?
-Con la mitad, seguro que tendrá bastante. Ya me contará otro día, como le funcionó.
Julieta le pagó con unas monedas de plata. Y la gitana muy contenta se marchó.
Pasó el día cantando muy feliz. El padre de reojo la miraba sin comprender nada, se dijo que mejor eso que verla llorar.
Al llegar la noche, más era ya madrugada. El padre dormía, no se sabía lo que últimamente le pasaba porque siempre bostezaba.
Llegó Romeo a hurtadillas. Julieta medio desnuda lo esperaba. Al joven, parecía que la boca por momentos se le secaba.
-Aquí tiene mi amado. Un poco de agua... Ya verá que bien le sienta, a su garganta.
-Traiga, mi amada. Beberé este vaso de agua, y pasamos a la acción. Seguro que hoy, no me pasará lo del aflojón.
-Eso espero... Mi amado. El otro día, me dejó con un buen calentón.
-Cuanto lo siento, mi gacelilla. Seguro que hoy quedo mejor.
Romeo, se había tomado por su cuenta algo que un amigo le recomendó. Ni por asomo, lo iba a confesar a su amada. ¿Para qué? Si ella, se quedaría encantada en aquella ocasión.
Estuvieron dándole que te pego mucho rato... Julieta estaba que saltaba, ya qué aquello si que funcionaba. A la gitana, le encargaría un buen montón de aquel alucinante brebaje.
Romeo, miraba su aparato reproductor. Parecía que se había pasado con la dosis, ya qué aquello no se aflojaba.
Pero Julieta, lo miraba encantada. Al rato, ya estaban otra vez a la acción.
Y cuando Romeo se marchó, "aquello" aún tieso se conservaba.
Y para las mentes malsanas, la historia ya está de momento acabada. Habrá más.
Autora Verónica O.M.
Puedes leer mi obra cómica, en otro de mis blogs. Titulada las monedas de plata Romeo y Julieta versión de Verónica. Es una novela por capítulos. Muy pronto estará finalizada.
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