Bella imagen de internet |
Había pasado su buen rato en aquel bar, nunca anteriormente había estado allí, por ese mismo motivo lo eligió para beber y no le importaba pillarse una buena borrachera.
Arabela estaba triste, depresiva o asqueada, ella misma así consideraba que estaba. Dejó caer su trasero en la silla como si pesase demasiado, aunque no era así ya que era una mujer más bien flaca, aunque tenía sus buenas curvas.
Le sirvieron un gin tonic detrás de otro, hasta que sumaron tres.
Su monedero quedó en bancarrota, ya que tan solo le quedaban unos céntimos, por lo que decidió salir de allí, lo hizo despacito aparentando estar en perfectas condiciones, aunque no era así.
Se sentó en un banco de la avenida, y el aire le daba en la cara, le venía bien sentir aquella brisa que le alborotaba también su cabello.
Este era de color panocha bastante apagado, sin duda llevaba muchísimo tiempo sin pisar una peluquería.
Ni cuenta se daba, que la gente al pasar la miraba y hablaban mal de ella.
Ella gimió y unas lágrimas resbalaron por su rostro, de un manotazo se las secó con la manga de su chaqueta.
Después tambaleándose volvería a su casa, dónde su marido la esperaba tumbado en la cama sin poderse mover, rezando para que llegase a casa sana y salva.
El hombre, escuchó como la llave giraba en la cerradura de la puerta, y un suspiro se le escapó.
-¡Por fin! ¡Gracias Dios mio!
Autora Verónica O.M.
Creo interpretar que esta chica estarìa pasando por malos momentos, y ha elegido un camino negligente como un medio
ResponderEliminartemporal y ficticio de aliviar sus penas,
Màs no sabe que el vino suavemente entra,
como la culebra muerde y su veneno prodiga.
Alla donde deberìa estar,en el nido con su amado,
alli le espera el con toda buena voluntad de ayuda;
tanto ha sido asì, que a nuestro
Creador a orado por fè!
para que buena y salva vuelva.
Las oraciones del justo siempre son escuchadas,
de acuerdo a la palabra de Dios!.
son como buena sombra o buen paraguas espiritual.
Claro Fe y obras!
Un fuerte abrazo Verònica
Para Francisco Josè Lazo Melhado
ResponderEliminarMuy sabio comentario, Francisco Josè. Las personas nos agobíamos muchas veces ante problemas que nos trae la vida, y hacemos cosas que no deberíamos. Esta mujer tiene un marido postrado en la cama, algo muy duro de asumir. Por suerte volvió. El dolor nos hace dudar, hasta de nosostros mismos.
Un abrazo fuerte
Vaya¡ pobre Arabela y pobre marido
ResponderEliminarQue triste,Verónica
Aunque se darán, tantos casos de estos
Ojalá, nunca pasemos por ellos.
Bss
Para MAR
EliminarMar, muy triste. Para algunos, como la vida misma.
Dios nos guarde o libre, de vivir algo tan horrible.
Besos, feliz noche de domingo...
Verónica, es preios ya quefleja la situación de forma extraordinaria, muy dramático pero muy bello, besos!
ResponderEliminarPara silvo
EliminarMe alegra te guste, Silvo. Tan solo necesité ponerme en su piel.
Besos
Bueno si el marido estaba enfermo, es también comprensible la actitud de esta mujer. Muchas veces uno se tiene que hundir ante estas situaciones, y lamentablemente y en la realidad se dan casos como este.
ResponderEliminarBesos Verónica.
Para Rafa Hernández
EliminarTienes toda la razón, Rafa. Es comprensible y además humano, algunas cosas nos desbordan por completo.
Besos
Retrato crudo y descarnado como la vida misma. Muestras una realidad tan palpable que asusta. Me gustó.
ResponderEliminarPara juan andrés estrelles
EliminarBienvenido... Me alegra te guste. Algunas situaciones asustan de esta forma. Me metí en el papel para poderlo describir.
Gracias, un cordial saludo