VÍNCULO relato

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Ya no eran cómo antaño...
Habían pasado muchos años
desde entonces
cuándo jugaba
encima de las piernas
de su padre.

Ahora era una mujer
dedicada en exclusiva
hacia Él.

Su madre les dejó un día
por enfermedad
y ella con el corazón destrozado
asumió su nuevo papel.

Le salieron pretendientes
y uno por uno rechazó.
Él la necesitaba
y antepuso su bienestar
por encima de todo.

Él teme que un día se vaya
y lo deje solo
y ella sabe
que nunca sucederá.

Comen y ella recoge la cocina
y la espera en el sofá
para ver juntos la tele.

Se miran a hurtadillas
y los dos saben
que así será siempre.

Ella no quiere pensar
en el futuro
y asume lo que considera
su responsabilidad.

Así pasan los días
los dos juntos
y en sus vidas
no cabe nadie más.
Verónica O.M.

LA SOLEDAD relato

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La mujer, ya mayor
y sola.

No tiene visitas
y a nadie importa
cómo se siente.

Su ojos se secaron
de tantas
lágrimas derramadas.

Las noches son eternas
y antes de clarear el dia
ya está levantada.

Se lava la cara
y se mira en ese viejo espejo
dónde se reflejaron
otros rostros
y no se reconoce.

Su matrimonio
duró más de cincuenta años
y no siempre fue feliz.
Pero a él lo echa de menos
y le perdona
y se perdona.
Lo que daría por tenerlo.

A sus hijos y nietos
los ve de tanto en tanto.
Y de vez en cuándo
se dignan a llamarla
por teléfono.
Cuándo cuelga
se pone enferma
y le dura más
de lo esperado.

Y así pasa su vida
temiendo le quede poca
y se dice:
Ya viví,
lo que me aguarda
es dormir eternamente.
Pero no se resigna
y le sale el genio:
¡Aguantaré lo que
Dios quiera!
Verónica O.M.

AMIGAS COMPARTIENDO... relato

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-Estoy hasta... de los malditos spams -dijo la mujer a su mejor amiga.

-Pues a mi me hacen mucha gracia. -Contestó la otra.

-Pues maldita la gracia que a mi me hacen. A diario tengo que borrar un montón. Me llenan el correo y borra que te borra y al rato vuelve a borrar.

-A mi me hacen mucha gracia y hasta el día me alegran, ja,ja. A diario me envían si me quiero agrandar...  no sé de dónde se sacan que soy un tío. Y ahí no queda la cosa...

-¿No ves cómo tengo razón? A mi, hasta fulanas...

-A mi también. Por eso dije que ahí no queda la cosa...

Y las dos se echaron a reír. No hay nada mejor que compartir. Verás las cosas mucho mejor.
Autora Verónica O.M.