-Cuánto tiempo sin vernos.
-Dijo el más finolis...
-Es cierto. Si no recuerdo mal, hace por lo menos cinco años, nos encontramos en la perfumería de unos grandes almacenes.
-Es cierto. Fui a comprar un perfume para mi mujercita. Ya sabes que a las mujeres les gustan de esos de categoría.
-Claro que lo sé... yo se los vendo todos los días.
El otro lo miró sorprendido y pensó que para qué había estudiado una carrera.
Y no cómo él, que sin tenerla disfrutaba de un buen puesto. Eso se lo contó a él y a otros.
Aunque la verdad era otra, y todos los días se pateaba la ciudad en busca de trabajo y aceptaría lo que fuese...
Autora Verónica O.M.