sábado, 26 de agosto de 2023
Preguntas
sábado, 12 de agosto de 2023
Flores bicolor
domingo, 6 de agosto de 2023
Un trabajo como cualquier otro
Video montado por mi.
La canción nada tiene que ver con el relato, pero me gusta 😃🌸
Una pequeña casa habitada por dos amigos, o eso decían ellos que eran.
Camuflada entre la frondosa maleza y, el lugar, el cementerio.
Muy pocos sabían de ella y de que aquellas personas vivían allí.
Para la gente eran simples trabajadores y deducían que una vez cerrado el Camposanto se iban a sus domicilios.
No tenían miedo y aceptaron aquel trabajo con alegría. Les aportaba tener un techo, vecinos que no molestaban y un buen dinero todos los meses.
Uno u otro abría las grandes y altas puertas de reja. Y andaban por allí por si algún visitante precisara de sus servicios.
De nueve a quince horas y después se cerraba hasta el siguiente día.
Siempre había algo que hacer, pero no, no se quejaban.
La casa no era demasiado amplia, pero, para ellos tenían espacio suficiente. Y aunque el lugar no era el más apropiado, se sentían felices en su nidito de amor.
Eran las diez de la noche, afuera escucharon ruido y murmullos.
—Vamos a sacar a los perros.
Soltaron a dos enormes Dóberman.
—Vámonos de aquí que estos nos comen.
Y aquellos delincuentes corrieron y corrieron... los perros les destrozaron los pantalones y se llevaron un tremendo susto.
La pareja, llamaron a la policía y se los llevaron detenidos.
Entraron en la casa y los perros esperaban su merecido premio.
Si os dais cuenta, los perros del relato solo asustan.
Hacen su trabajo a la perfección y, para lo que han sido enseñados, entrenados o, llamadlo cómo gusteis.
Verónica O.M.