—Algún día... tendré servicio. –Dijo Marie a su amiga Betti.
—Servicio? –preguntó sin entender.
—Si, servicio, ya sabes... gente que me atienda, haga la compra, limpie mi mansión, cocine, y...
—Betti, la interrumpió. —Tú sueñas. No tienes mansión, ni nada que se le parezca. Baja de esa nube, que por no tener... ni trabajo tienes.
—En cualquier momento eso puede cambiar.
—No seas majadera. Baja de la nube y, pon los pies en el suelo. Mejor hazlo descalza, que el frío en ellos te devuelva un poco de cordura.
—Estoy convencida de que sucederá. Lo he soñado y, además mi horóscopo me lo ha confirmado.
—Otro día... empieza por el final.
—Porqué?
—Por nada, Marie. —Y piensa en lo tonta que parece a veces.
Verónica O.M.