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Bonita imagen de internet |
Había una vez, un barrio...
En el que había muchas personas con mascotas, la mayoría perros. A los que sacaban a hacer sus necesidades a la calle, hiciese frío o calor.
Todos dejaban "aquella necesidad" en el suelo. La cual siempre había alguien que la pisaba, incluido algún resbalón que podía haber terminado en tragedia.
La calle parecía una pocilga, pero nadie hacia nada ni siquiera quien debería.
A los muchos días...
A Martín el jardinero, se le ocurrió una idea. La puso a la práctica inmediatamente.
De madrugada, y con una pala "aquellas necesidades" las iba recogiendo y las echaba en un recipiente, el cual se llevaba a su casa, depositándolo en un rincón de su patio.
En dicho patio, tenía una especie de cuartucho y allí ideó lo que iba a hacer.
Se le ocurrió que sacaría un buen dinero, haciendo abono para las plantas.
Pensado y hecho...
"Con tierra, otros ingredientes "y aquello" empezó a fabricar un abono inmejorable. No tardó, en encontrar a quien le interesó su invento, así que el negocio le prosperó de forma casi inmediata.
Los vecinos, al principio ni cuenta se dieron que las calles amanecían limpias, de aquellas cosas tan asquerosas pero lo hicieron al poco...
A Martín, al parecer la vida le estaba sonriendo ya que se había comprado la casa anexa a la suya, con la idea de agrandar la que ya tenía. También estrenó un cochazo negro, que jamás se había visto uno igual por el barrio, parecía un marqués.
El hombre se sentía observado, pero no le dio demasiada importancia.
Por las noches seguía con lo mismo, recoger "aquellas necesidades caninas" y lo vieron...
Ahora ya sabían lo que estaba ocurriendo, y lo airearon por el barrio.
Una mañana, cinco de ellos se personaron en el ayuntamiento, llevaban un escrito con las firmas del barrio entero.
El que llevaba la voz cantante.
-Tome medidas sr. alcalde " nos roba lo nuestro"
FIN
Verónica O.M.