Nos comunicamos con un vocabulario dispar.
Amplio
o escaso.
Culto
o menos culto.
Hasta ahí, bien...
Las palabras bien elegidas y bonitas, nos llenan el alma, nos alegran, o, nos pueden entristecer o emocionar, según de lo que se esté hablando y lo sensibles o emocionales que seamos.
Porque cada persona somos un mundo...
:)
Verónica O.M.