domingo, 17 de agosto de 2025

Marchar

 Tanto escuchar aquello de la España vaciada...

Investigó dónde podía marchar y que nadie lo encontrase. 

No necesitaba de nadie, es más... viviría tranquilo si jamás viera a ningún ser humano. 

No tenía nada en contra de los pajarillos o de cualquier animal, muy al contrario. 

Necesitaba de muy poco...  esperaba encontrar un techo y unas paredes para poderse cobijar de la noche, lluvia o del sol abrasador. 

Comer... ya se buscaria la vida. Si en tiempos pasados allí vivieron algunas personas, él por eso no se iba a achicar.

Y se marchó y encontró lo que buscaba. Aunque debería adecentar y mejorar muchas cosas. 

Una lágrima recorrió su mejilla.

—Seré feliz, aquí. Gracias, Dios. 

Verónica O.M. 

jueves, 14 de agosto de 2025

Algo único

Me levanté contenta

había tenido 

un sueño magnífico

y tenía la certeza 

de haber vivido

algo único. 

Al rato hice la cama

acomodé almohadas

y cojínes.

Después fui a otros menesteres

y volví para limpiar el cuarto

 encontré una hermosa pluma

muy bien colocada 

y en el centro de la cama.

Era enorme 

y ahora sé 

de que mi Ángel 

la ha dejado para mi

haciéndome participe 

de que no... 

No fué un sueño.

Verónica O.M.



domingo, 3 de agosto de 2025

El silencio

 El silencio. 

Para mí, el silencio es un gran sanador. Ayuda a conocerse a si mism@, sin engaños... porque que absurdo sería no reconocer lo que no nos deja avanzar.

Cada pequeño paso que hagamos... es una gran victoria. Y de eso se trata, avanzar y seguir creciendo hasta nuestro último aliento.

Parte de un comentario que he dejado en un blog amigo. 

Verónica O.M. 

sábado, 2 de agosto de 2025

La pequeña caprichosa

 La niña lloraba.

Su madre se sentía incapaz de calmarla. Cada vez que lo intentaba era mayor el escándalo que originaba.

Y se dió por vencida. Y entonces la que lloró fué ella. Pero lo hizo en silencio.

Pero la niña ya se había percatado de sus lágrimas. 

—No llores, mami. Me portaré bien.

Quizá... la madre no debió insistir. 

Y seguramente su llanto hubiera durado mucho menos.

Ah, que no lo he dicho. 

Lloraba porque no quería recoger los juguetes y que estaban esparcidos por el suelo.

Mientras se lavaba el rostro. 

La niña los recogió.

Cuándo volvió nada dijo. 

Y aquella pequeña caprichosa, se quedó esperando un halago que no llegó. 

FIN

Verónica O.M.