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Bonita imagen de internet |
Cada día y a la misma hora... La mujer se sentaba en un banco del parque, siempre buscaba le acariciase el sol primaveral. Se estaba muy bien allí, y sin nada que hacer, algo impensable en otro tiempo...
Un hombre, se acercaba a otro banco situado frente a ella, sus gafas oscuras no le dejaban ver sus ojos, pero estaba segura no le quitaba la vista de encima.
La tenía intrigada...
Y como ya nada tenía que perder, se levantó dirigiéndose hacia él. -¡Buen día! -dijo.
-¡Buen día nos de Dios!
-¿Me podría decir la hora que es?
-No llevo reloj. ¡Soy ciego!
Se quedó sin habla. Ahora entendía...
Autora Verónica O.M.