Y hoy me ha apetecido publicarlo de nuevo, debido a haber recibido un comentario relacionado con el mismo.
Al parecer, ha servido para hacer una tarea de la escuela a una niña o chica (no sé su edad)
Ni qué decir que me ha llenado de alegría.
Aquí va el cuento EL NIÑO DE LA CALLE
Bonita imagen de internet |
Aquel día Mariana pasó por allí. Una mujer de mediana edad, lo miró y ni corta ni perezosa se dirigió al niño.
-Estás solo, y eres pequeño. ¡Tus padres se preocuparan!
En un principio pensó no contestar. Pero aquella señora, tenía un tono tan cariñoso que pensó no merecía hacerle ese desprecio. No estaba acostumbrado a que nadie le mostrara ninguna consideración.
-No tengo padres. ¡Estoy solo!
-Pero eso no puede ser.
-Pues es así. No tengo a nadie.
-Vente conmigo, estoy sola como tú y te cuidaré.
-No. Estoy bien así.
-Bueno, hijo. Pero no es bueno para ti el estar solo.
-Me arreglo bien. No tiene usted porqué preocuparse.
Mariana se despidió, pero lo hizo con gran preocupación.
Javier, que así se llama el niño se dio una vuelta por los alrededores y decidió que ya era hora de regresar a la chabola.
Entraba frío por tantos agujeros como tenía. Pero consolado se dijo que era mejor aquello que la calle.
Al día siguiente...Mariana lo buscó por dónde lo encontró el día anterior.
Allí estaba el pobrecito... Desaliñado y rebuscando en la basura. Ella no podía consentir aquello.
-Eso no puede seguir así. O vienes conmigo o denuncio como vives. Así que decide.
-Usted no se meta. No quiero ir a un sitio de esos, para que me busquen unos padres. No los necesito.
-Bueno hijo... Te vienes conmigo. No te voy a dejar aquí solo.
Ya sabes.... O vienes conmigo o...
Lo llevó a su casa. Era pequeña, pero sin duda allí estaría muy bien.
-Voy a poner la comida. Anda, lávate ahí las manos que vamos a comer. -Le señaló el fregadero.
Mariana le preparó el baño pero un poco más tarde.
-Báñate y ponte esta ropa de mi sobrino. Te quedará bien. A la tarde iremos a comprar unas cosas que necesitas.
Cuando salió del baño, tan limpio y oliendo tan bien ella se estremeció. Un niño tan precioso y habiéndolo pasado tan mal...
La mujer, a espaldas de él empezó a moverse por todas partes ya que lo quería adoptar.
Un día... se presentaron en el domicilio unas personas muy serias.
-¿Quienes son? ¿que querrán? se preguntó muy mosqueado.
Muy dulcemente le explicó que pensaba adoptarlo, y que aquellas personas traían unos papeles que ella debería firmar.
¿Qué piensas, Javier?
-Tú serás mi mamá. No quiero irme nunca de tu lado.
Se abrazaron muy emocionados.
Ya tenía una mamá. Y era la mejor de todas.
Su vida sería ahora distinta. Haría lo que tienen que hacer los niños, jugar, ir a la escuela y aprender. Poquito a poquito se haría un hombre de bien.
Pero todo iría llegando por sus pasos contados.
FIN
Autora Verónica O.M.
Deseo os guste también.
Os deseo un buen finde largoooo.
Un cuento muy humano, Vero...y ejemplarizante. Un abrazo. carlos
ResponderEliminarPara carlos Augusto Pereyra Martínez
EliminarGracias, Carlos, me alegra te lo parezca,
Un abrazo
De la soledad a la compañía con cariño eso es un ejemplo, besos!
ResponderEliminarPara silvo
EliminarTienes toda la razón, lo es.
Besos
Qué suerte que tuvo ese niño!!! Y esa señora tiene un gran corazón. Al niño le cambió la vida para siempre. Feliz puente Vero.
ResponderEliminarPara Beatriz
EliminarSi, si se la cambió.
Ojalá ningún niño sufriera, esperemos no sólo se quede en utopía y si en una realidad.
Besos, feliz puente (gracias)
El cuento es precioso, tiene esa mágica con la que relatas tus historias, me encantó.
ResponderEliminarEs curioso donde llegan nuestros relatos y a quien pueden ayudar en un momento dado.
Felicidades!!!
Un besote Vero!!
Para Nieves
EliminarMuchas gracias, Nieves, me alegra mucho te guste.
Si, si que es curioso, además cualquier lugar visto desde aquí (blogs) es muy cercano.
Besos, buen finde