Un pañuelo rosa
tapa su cabecita
dónde el cabello
cayó del todo.
Siente miedo
pero de su boca
ni un lamento.
Se hace preguntas
¿porqué yo?
si nada malo hice?
Intuye el sufrimiento
de su familia
pero todos sonríen
con esa risa forzada
que suena a falsa.
Rezan en solitario
y las lágrimas
campan a sus anchas.
Se enfrentan
al mayor reto
de sus vidas
salvar a su niñita.
Verónica O.M.
Precioso poema y gran tensión que viven, la vida y la lucha en momentos límite es muy fuerte, besines!
ResponderEliminarHay obstáculos tan dificiles y dolorosos...
ResponderEliminarOjalá la vida no nos rete a saber lo fuertes que somos...
Un abrazo muy fuerte amiga Vero!
Y cada día es una lucha agarrada a la esperanza. Besicos.
ResponderEliminarYa ha avanzado mucho la ciencia.... Pero, por qué los niños, siempre me pregunto, desde que siendo niña perdí a mi sobrino, casi de mi edad y me costó tanto resignarme. Resignarme, porque nunca lo comprendí.
ResponderEliminarUn abrazo, Vero.
Que se salve.
ResponderEliminarPor favor.... que se salve.
Besos.
Mal rollo, triste y dramático, ojalá todos los superaran.
ResponderEliminarBesos Verónica.
Yo también deseo que se salve. De todo corazón.
ResponderEliminarBesitos.
MUy humano el poema. MI abrazo. Carlos
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