Video montado por mi para este relato.
Al parecer, no había nadie en el parque y, aunque no le molestaba la presencia de otras personas prefería tener un momento de relax completamente sola. Podría escuchar a algún pajarillo cantando y respirar profundamente el oxígeno de aquel lugar.
Aquellos arbolitos plantados no hacía mucho y, que día a día iban creciendo y que llegarían a ser grandes y frondosos.
Se sentó en un banco...
Escuchó el chirriar de uno de los columpios. No había visto llegar a nadie y se extrañó.
Una niña de unos siete u ocho años se columpiaba.
Le habló... la niña pareció no escucharla y, desistió sin quitarle la vista de encima.
Pasaron los minutos, media hora, una hora y, el columpio dejó de chirriar.
La niña ya no estaba y, ella no la vio marchar, como tampoco la había visto con anterioridad, llegar.
Verónica O.M.
Qué curioso.
ResponderEliminarA veces paso por un parque y cuando lo hago ya es tarde, no hay niños, y a veces, por el viento, un columpio se mueve y me viene a la cabeza que a lo mejor no es el viento sino un niño que ya murió...
Besos.
Quien sabe, escafrios me dan.
EliminarQuizá lo que cuentas y el relato tengan puntos de conexión.
Besos, feliz día.
Muy bueno como género del suspenso. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarGracias Carlos.
EliminarUn abrazo, buena semana.
Los columpios tienen sus visitantes.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si, amiga, probablemente...
EliminarUn abrazo, buena semana 🌺
Un misterio...
ResponderEliminarQuién sabe!.
Un beso, Verónica.
Eso es, quien sabe.
EliminarLa vida es misteriosa.
Un beso, Amalia, buena semana 🌹