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Los ojos del viejito
están anegados de
saladas lágrimas que
caen despacito por
los surcos de su cara
mira hacia un punto fijo
se queda quieto
y muy pensativo
rememora su vida
junto a su mujer
cuando eran jóvenes
y la sangre les hervía
se quedó hace poco
en su casa tan solo
sin ninguna alegría
quiere irse ya
para poder descansar
junto a la mujer
que tanto quería
Verónica
Es tan bello este poema Verónica, me ha calado, tanto bueno que espera volver a tener y tendrá, besos!
ResponderEliminarPara Silvo
ResponderEliminarMuchas gracias Silvo, me alegra que así te lo parezca.
Tengo especial cariño a este poema, lo escribí pensando en tantas personas mayores, que viven esta situación nada grata para ellos, la soledad.
Besos, muy feliz noche
Me da mucha ternurita cuando veo a los viejitos tan solos e indefensos. Ojalá tengan a alguien que les dé cariño y los acompañe.
ResponderEliminarPara Beatriz
ResponderEliminarYa somos dos a las que les pasa lo mismo, con los viejitos.
Desde siempre tuve esa debilidad hacia ellos, son tan vulnerables e indefensos, que bien estaría que las personas los tuviesen más en cuenta.
Besos, muy buena semana que empieza
Tan tierno, tan elocuente el poema, que paraliza y encanta al mismo tiempo. Felicitaciones Verónica.
ResponderEliminarUn abrazo desde Ciudad de Buenos Aires
Es un camino indefectible, que debemos recorrer: esa vejez, donde pueda campear la soledad, como la de tu personaje, para congoja suya.
ResponderEliminarEncanto, agradezco enormemente tus comentarios. Erres un amor. Carlos
Para Susana Inés Nicolini
ResponderEliminarMuchas gracias Susana, por tus bonitas palabras hacia el poema.
Siempre me ha preocupado, la soledad de los ancianos, y quise dejar constancia de ello.
Feliz semana
Un abrazo desde España
Para Carlos Augusto Pereyra Martínez
ResponderEliminarMuchas gracias Carlos, te confieso que me has hecho ruborizar con tu poema jaja.
Un placer haberte conocido.
Abrazos, feliz semana