Esperaba encontrar a Dios en la Iglesia. Rezó y suplicó... Salió defraudada, triste y con el alma helada.
Puso los pies en la calle y cómo una revelación se dio cuenta qué aquel Dios qué iba buscando estaba en todas las cosas. Se sorprendió de haber tardado tanto en darse cuenta. Y entonces miró hacia el cielo.
-¡Señor perdona mi ceguera! Te prometo qué nunca más dudaré de ti.
Autora Verónica O.M.
Les ocurre a muchos, Dios sabe perdonar lo hace cada día. Un abrazo
ResponderEliminarEster, tienes toda la razón.
EliminarBesos 🌸
Así es, Vero. Solo es abrirnos.
ResponderEliminarY la vida cambia mucho para bien.
Un abrazo grande.
Es cierto, Sara, en ocasiones somos tan ciegos...
EliminarBesos 🌸
Hola Verónica.. Esta todo muy bien, pero no sera por eso que cada vez va menos gente a la iglesia.. Bueno, te dejo que no quiero meterme en jardines..jeje.
ResponderEliminarUn abrazo..
Está cerca la primavera y se ponen los jardines preciosos, ja,ja.
EliminarUn abrazo
Imagino que a dos se le encuentra en cualquier lugar porque está dentro de nosotros, formamos parte de él.
ResponderEliminarImagino que es una teoria rara pero así soy yo...
:) Besitos
Es una teoría perfecta, Nieves.
EliminarUna persona muy especial qué ya no está... Le hubiese gustado leer este comentario.
Besos 🌹
Pero por desgracia, muchas personas no encuentran nunca a ese Dios. O se les resiste a hacerles acto de presencia, o quizás no lo encuentran porque les falte fe.
ResponderEliminarBesos Verónica.
Es cierto lo qué comentas, Rafa.
EliminarPor esas diversas razones podrían no encontrarlo.
Besos
Tener fe es como si te ha tocado la lotería, eh...
ResponderEliminarBesos.
Tienes toda la razón, Xavi.
EliminarY en estos tiempos más...
Besos
Que festeje tiernamente
ResponderEliminarUn paso importantisimo acaba de dar
Cariños
Sin duda lo hará, Abu.
EliminarSi, muy importante.
Besos 🌹
Du fuerza nística. Un abrazo. carlos
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