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A las cinco menos diez de la tarde Maite ya estaba en la puerta de la consulta. Sentía un gran nerviosismo ya que nunca antes había acudido a un sitio como ese.
Acompañándola iba el espíritu de su marido y él se preguntaba que hacía en un lugar como aquel tan extraño, aunque pensó que para salir de su rutina no estaría nada mal.
Maite ya decidida a entrar, llamó al timbre.
Al instante abrió la puerta la persona que la había atendido por teléfono.
-¡Buenas tardes! Pase a la salita, Esmeralda en un momento la atenderá.
Maite entró en aquella salita tan extraña.
Unas sillas confortables de color negro descansaban junto a la pared del fondo, y unos cuadros con sofisticados dibujos que ella no entendía le dieron la bienvenida. En el centro de la estancia una pequeña mesa repleta de revistas esotéricas.
Decidió sentarse. Y observó que la iluminación era muy tenue, haciendo de aquel lugar algo misterioso.
Cinco minutos después la secretaria hizo nuevo acto de aparición.
-¡Puede pasar, Esmeralda la espera.
Maite caminó detrás de ella, y entró en una gran habitación que hacía las veces de consulta. La iluminación era todavía más precaria y parecía un lugar fantasmal.
-¡Siéntese por favor!
Un gato negro se paseaba por la habitación y parecía que había percibido algo que no le había gustado en absoluto.
Sacó su agresividad, y atacó al espíritu de Manuel que decidió salir de aquella habitación y esperar a Maite en la calle.
-¿Qué desea consultar?
-Últimamente me pasan cosas bastante extrañas, y no sé a lo que es debido.
La vidente gracias al gato ya se había percatado de que aquella nueva clienta no había venido sola.
-Le pasan esas cosas debido a que tiene un espíritu a su lado, y no la dejará tranquila hasta que se vaya dónde se debe ir.
-¿Cómo que tengo un espíritu?
-¿A muerto alguien de su familia últimamente?
Preguntó Esmeralda con el rostro muy serio
-Si, mi marido.
-Su espíritu es el que la está extorsionando.
-No creo en espíritus.
-¿Entonces qué hace aquí?
-Una conocida me dio su número y vine para que me ayude.
-Si es así, déjese ayudar.
Mientras tanto Manuel se preguntaba como aquel feo gato lo había descubierto si nadie podía verlo.
Autora Verónica O.M.
Continuará
Gracias por tus visitas,cariños.
ResponderEliminarGracias a ti siempre.
EliminarBesos 🌸
Joder con el jodido gato, que descubrió el espíritu del marido. Si cree y la convence la vidente de que Manuel anda por ahí rondando; Manolín lo va a tener más difícil; ahora no sé como se para a un espíritu.
ResponderEliminarBesos Verónica.
Gracias al gatito Esmeralda tiene fama y dinerito, rima y todo, ja ja.
EliminarVeremos quien lo para, de momento el gato lo ha frenado...
Besos
Tendrá que llevarse a casa al gato 🐱 jajaja.
EliminarBesos, Vero.
La solución ideal, ja,ja, qué bueno, Sara 👏👏👏
EliminarBesos 🌹
El gato es que es un animal muy sensorial , al igual que los perros , ya veremos si Esmeralda de verdad ayuda a Maite , te deseo una feliz noche besos de flor.
ResponderEliminarTienes razón, Flor, ambos lo son. Por lo pronto ya sabemos que es buena pero gracias al gato, veremos...
EliminarBesos 🌻
Muy listo el gato!!.
ResponderEliminarUn beso.🤗🤗🤗🤗
Si que es listo, y una gran suerte para Esmeralda.
EliminarBesos 😀
Vaya¡ no se esperaba el espíritu esta sorpresa. Saludos
ResponderEliminarJa,ja, él que se creía invisible a los ojos de todos.
EliminarSaludos