Yolanda la miró con cara de espanto, aunque ella misma momentos antes ya había barajado aquello. -No quiero ni pensarlo. Soy muy joven y mis padres no sé como iban a reaccionar. Seguro será por la cena o los nervios por los que estoy pasando debido a tener mala conciencia.
-¿Mala conciencia?
-Ya sabes, María... De hacer cosas que no debería.
-Eso ya te lo dije yo. Aunque tú ningún caso me hiciste. Mañana te traeré algo para que te hagas la prueba del embarazo. Se lo pediré a mi hermana Lourdes. Ya sabes que trabaja en una farmacia.
-¿Le vas a decir que es para mi?
-No necesariamente. Le diré que es para otra amiga que no conozca.
-Podrá pensar que pudiera ser para ti.
-No te preocupes por eso. Ella sabe a la perfección que no lo estoy. Ella y yo compartimos habitación. Las dos sabemos todo de cada una. Aunque ella sea mayor nos llevamos a la perfección.
-Te envidio María. Cómo me vendría de bien tener a una hermana a mi lado en estos momentos.
-Me tienes a mi, Yolanda. No soy tu hermana de sangre, pero qué importa eso.
-Gracias María. Ya sé que tengo mucha suerte al tenerte.
-Yolanda se abrazó a ella e inmediatamente se puso a llorar como una desvalida criatura.
-Ya verás como no será nada. Tranquilízate.
Autora Verónica O.M.
Continuará
JEREMY Y YOLANDA 39
Yolanda se pasó gran parte del día mareada.
Sus padres se levantaron tarde al haber trasnochado. Ni se dieron cuenta de la mala cara que tenía su hija.
La madre fue a preparar la comida mientras el padre hacía la cama.
Ella se quedó en su habitación sentada encima de la cama y deseando que aquel mareo desapareciese, hasta que su madre la llamó para comer.
Ella se quedó en su habitación sentada encima de la cama y deseando que aquel mareo desapareciese, hasta que su madre la llamó para comer.
No quiso hacerlo y para que sus padres no sospecharan les dijo.
-Me preparé un bocadillo hace un rato, no me apetece nada más. Voy a leer un rato a mi habitación.
-Ve, hija. No te preocupes por nada. Hoy en casa poco se va a hacer, así que haz lo que te apetezca.
Al día siguiente y por la mañana llegó María con aquello. Se lo entregó en un descuido de la madre de su amiga. La mujer, como nada sabía nada pudo sospechar.
Hablaron entre ellas haciéndolo en tono bajito.
-Toma, Yolanda. Mejor te haces la prueba mañana al levantarte.
Cogió la cajita y se la guardó dentro del bolsillo del pantalón corto que llevaba.
-Gracias, María. Espero no haberte causado ningún problema.
-Ninguno. No te preocupes. Mi hermana no sabe que es para ti. Ya te lo dije.
Verónica O.M.
Continuará
Estos crios me preocupan, veremos que pasa mañana. Buenas noches
ResponderEliminarMuy preocupante, Ester.
EliminarÉl no sabe lo que le sucede a ella y ella no sabe por lo que pasa él.
Feliz día, un abrazo 🌼🌷
Hola Verónica.. Te das cuenta que eres quien puede decidir el futuro para bien o para mal de una chica, de una pareja de jóvenes enamorado.. !Ah! piénsalo bien.. no nos decepciones..jeje.
ResponderEliminarUn abrazo..
Cuando llegue el final me cuentas, ja,ja.
EliminarUn abrazo
Uff... se complica un poquito.
ResponderEliminarYa veremos.
Besos.
Se complicará incluso más, ya verás.
EliminarBesos 🌼
La amistad de Yolanda. Siempre es bueno tener amigos solidarios. Un abrazo
ResponderEliminarLa amistad ese gran tesoro.
EliminarUn abrazo
Las posibilidades están todas ahí,a ver que pasa,cariños.
ResponderEliminarEn la próxima publicación ya está el resultado.
EliminarBesos 🌷
Amiga Vera,tu imaginacion supera a todas mis fantasias
ResponderEliminarTan solo son diferentes.
EliminarUn abrazo
Voy a tu siguiente entrega a ver que resultado tenemos.
ResponderEliminarBesos.
Gracias, Sara, espero no defraudarte.
ResponderEliminarBesos 🌸