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JEREMY Y YOLANDA 46
De pronto Yolanda dejó de llorar y sorprendió a sus padres con lo que dijo.
-Quiero ir a vivir con la abuela.
-Quiero ir a vivir con la abuela.
-Lo dijo en tono alto, no lo hizo premeditadamente pero podría parecer como si quisiera imponer su voluntad, pero quien la conociese de verdad se daría cuenta de que no era así. Le había nacido sin pensar.
-¿A vivir con la abuela? Preguntó la madre.
-¡Si, quiero irme con ella!
Al padre le cambió de repente el color de la cara. Pero quedó en silencio, la procesión la llevaba por dentro.
-¿Y porqué si puede saberse?
-Nuevamente preguntó la madre.
-Nuevamente preguntó la madre.
-Porque me quiere y seguro que ella me entiende. Además no quiero que me vean así algunos amigos, incluido Jeremy. No quiero nada con él.
Ahora el padre ya no pudo mantenerse callado y con gesto altivo espetó. -Eso ni te lo crees, Yolanda. Ahora mismo voy a hablar con él y con sus padres. Este no se va a ir de rositas.
-No irás porque yo no quiero, ni ya le quiero.
-Y sin poderlo evitar, nuevamente se puso a llorar.
-Y sin poderlo evitar, nuevamente se puso a llorar.
-Bueno, no nos exaltemos. Cuando estemos más calmados buscaremos una solución. -Esta vez fue el padre quien sugirió.
Yolanda se levantó del sofá y marchó corriendo a su habitación. Se escuchó un gran portazo al cerrar la puerta.
-Déjala, mujer, que se vaya, seguro que mañana verá las cosas de otra forma. Además tú y yo tenemos que hablar.
-¿De qué?
-De mi madre. Hace mucho tiempo que no tenemos contacto, tú eres cabezota y ella también, pero si partimos de la base que fuiste tú quien se enfadó con ella...
-Pero con motivo.
-Con motivo o sin motivo, ya es hora de que hagáis las paces. Además ahora mismo voy a llamarla por teléfono te guste o no.
-Y dicho y hecho, fue hacia el teléfono...
-Ring, ring, ring, ring. Sonó unas cuantas veces.
Al otro lado del hilo telefónico habló una voz muy conocida. Y una punzadita sintió en el corazón.
-¿Quien es? -preguntó la mujer tímidamente.
-Soy yo, madre.
-Hijo, qué alegría me has dado, cuanto tiempo sin oír tu voz. Te hubiera llamado pero no quería que tuvieras problemas con tu mujer.
-Madre, parecéis niñas, y ya sois bastante mayorcitas las dos.
-Y yo más por supuesto. Soy una pobre vieja que pronto va a estirar la pata.
-No digas tonterías. Te he llamado para hablarte de mi hija.
-¿Qué pasa con mi nieta?
Preguntó alterada.
Preguntó alterada.
-No te asustes que ahora te cuento.
Estuvieron hablando como una media hora. Al despedirse quedaron en verse después de algunos años sin tener contacto.
En el fondo ambos estaban contentos, aquella situación los iba a unir de nuevo.
Autora Verónica O.M.
Continuará
Hola guapa Verónica , a lo mejor lo que los padres no puedan arreglar , lo arregla la abuela , no te parece , pero yo de Yolanda iría a hablar con Jeremy y le pediría explicaciones , te deseo un feliz Domingo besos de Flor.
ResponderEliminarHola, Flor, la abuela será de gran ayuda, ya verás.
EliminarYolanda está dolida y no lo hará en estos momentos...
Besos, guapa 🌸
A veces las abuelas son las solucionadoras,a ver que pasa,cariños.
ResponderEliminarLas abuelas, ese gran tesoro. Qué pena algunos no se den cuenta...
EliminarEn este caso será de gran ayuda.
Besos 🌸
Por lo pronto, Yolanda tomó una decisión muy acertada. La abuela será muy positiva en su circunstancia con Jeremy y de entrada ya acercó a su pa y abu : )
ResponderEliminarBesos.
Tienes toda la razón, Sara, ya veremos la abuela que papel tan importante desarrolla en la historia.
EliminarBesos, feliz día 🌼
La abuela seguro que será de una ayuda muy valiosa.
ResponderEliminarYa iremos viendo...
Besos
Seguro lo será, Amalia.
EliminarGracias por seguirla.
Besos 🌸
Hola Veronica.. Me da la impresion que las mujeres ya de muy jovencitas sois muy impulsivas, yo creo que tu que tienes influencia con ella tendrías que aconsejar a Yolanda que no prejuzgue sin antes hablar con Jeremy..
ResponderEliminarUn abrazo..
Intentaré hacerlo, aunque no te aseguro nada, ja,ja.
ResponderEliminarun abrazo, feliz día