De pronto sonó la voz de Paul, la levantó más de lo debido, pero lo hizo sin pretenderlo.
-¡Estoy seguro que mi madre siempre te quiso.!
El corazón de Esteban tuvo un sobresalto al escuchar aquello, pero se rehizo rápidamente y contestó muy seguro de lo que decía.
-¡Lo sé! por desgracia no pudimos estar de nuevo juntos. Hace unos diez años lo intenté, pero sabía de antemano que no iba a ser posible. Tu madre no me iba a perdonar y estoy convencido de que no pudo hacerlo.
-¡Lo sé! por desgracia no pudimos estar de nuevo juntos. Hace unos diez años lo intenté, pero sabía de antemano que no iba a ser posible. Tu madre no me iba a perdonar y estoy convencido de que no pudo hacerlo.
Esteban intentaba mantenerse firme sin apenas conseguirlo.
Después y en soledad, daría rienda suelta a la emoción contenida por tantos y tantos años de pesares.
Paul se sentía abrumado también. Su padre, ese hombre que aunque no se había portado demasiado bien con su madre, era comprensible aquella actitud debido a la tragedia vivida con su pequeño hijo Luisito.
Las carnes se le desgarrarían a cualquier ser humano de vivir un suceso tan triste y lamentable.
Autora Verónica O.M.
Continuará
SECRETOS ENTERRADOS CAPÍTULO Nº 34 novela
Paul lo miró y vió sus ojos brillantes por la emoción.
Autora Verónica O.M.
Continuará
SECRETOS ENTERRADOS CAPÍTULO 35 novela
El silencio, se hizo notar largo rato y Paul no se atrevió a romperlo.
Su padre intentó volver a la normalidad, no sin antes haberse tragado unas lágrimas amargas.
No quería que su hijo viese su parte más débil, aquella que lo hacía tan vulnerable.
Se oyó el canto de un pájaro muy cerca y ambos miraron hacia el poyete de la ventana. Era un pequeño chamarín que al saberse observado levantó el vuelo.
Y el silencio se rompió gracias al pájaro.
-Todos los lunes voy al cementerio y deposito unas flores en su tumba, después me quedo un rato.
El hombre ya se soltó hablando de aquella mujer maravillosa y a la que perdió de forma irremediable hacia tanto tiempo...
La vista de Paul, se posó en una fotografía que estaba encima del mueble-librería del salón y se levantó del sillón para mirarla.
Allí estaban tres personas fotografiadas. Su madre muy joven, un pequeño niño de no más de dos años y un hombre cuyo rostro le pareció conocer.
-¡Ese eres tú!
Afirmó muy serio.
-¡Si, soy yo!
Y antes de que Paul tomara nuevamente la palabra, le empezó a explicar de qué lo conocía.
Verónica O.M.
Continuará
Después y en soledad, daría rienda suelta a la emoción contenida por tantos y tantos años de pesares.
Paul se sentía abrumado también. Su padre, ese hombre que aunque no se había portado demasiado bien con su madre, era comprensible aquella actitud debido a la tragedia vivida con su pequeño hijo Luisito.
Las carnes se le desgarrarían a cualquier ser humano de vivir un suceso tan triste y lamentable.
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SECRETOS ENTERRADOS CAPÍTULO Nº 34 novela
-Lola se hizo daño en una pierna al resbalar.
-Lo sé, ya he hablado con ella hace un rato, lo que no me dijo es que ibas a venir.
El hombre hablaba en un tono suave, Paul no sabía si era habitual en él o por aquellas circunstancias tan extraordinarias.
-La buena de mi tia, siempre tan fiel a sus amistades. Jamás supe nada por ella, sabe guardar bien los secretos. Quería de veras a tu madre y me consta que ella le correspondía de la misma forma.
-Mi madre falleció. ¿Lo sabías?
-¡Si!
Aquel sí, pronunciado demasiado alto pareció hacer eco en la estancia.
Aquel sí, pronunciado demasiado alto pareció hacer eco en la estancia.
Paul lo miró y vió sus ojos brillantes por la emoción.
Autora Verónica O.M.
Continuará
SECRETOS ENTERRADOS CAPÍTULO 35 novela
El silencio, se hizo notar largo rato y Paul no se atrevió a romperlo.
Su padre intentó volver a la normalidad, no sin antes haberse tragado unas lágrimas amargas.
No quería que su hijo viese su parte más débil, aquella que lo hacía tan vulnerable.
Se oyó el canto de un pájaro muy cerca y ambos miraron hacia el poyete de la ventana. Era un pequeño chamarín que al saberse observado levantó el vuelo.
Y el silencio se rompió gracias al pájaro.
-Todos los lunes voy al cementerio y deposito unas flores en su tumba, después me quedo un rato.
El hombre ya se soltó hablando de aquella mujer maravillosa y a la que perdió de forma irremediable hacia tanto tiempo...
La vista de Paul, se posó en una fotografía que estaba encima del mueble-librería del salón y se levantó del sillón para mirarla.
Allí estaban tres personas fotografiadas. Su madre muy joven, un pequeño niño de no más de dos años y un hombre cuyo rostro le pareció conocer.
-¡Ese eres tú!
Afirmó muy serio.
-¡Si, soy yo!
Y antes de que Paul tomara nuevamente la palabra, le empezó a explicar de qué lo conocía.
Verónica O.M.
Continuará
Me gusta como escribes
ResponderEliminarNo puedo opinar mucho reciente conozco es de madrugada y la cama desde lo lejos me llama
Muchas gracias, me alegra te guste...
EliminarEntiendo tengas sueño.
Un abrazo 🌼
Hola Verónica.. esto parece una historia a tres bandas, siempre interesante la reacciones de cada uno..
ResponderEliminarUn abrazo..
Tres capítulos? así acabamos antes.
EliminarGracias, un abrazo
La historia es interesante. Y su desarrollo te va emocionado cada vez más.
ResponderEliminarBesos.
Me alegra mucho te guste, gracias.
EliminarBesos 🌼
Cuántas emociones juntas en esa reunión. Qué raro esa veces el destino y las decisiones que se toman. Los adioses innnecesarios, los amores frustrados para siempre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Y todavía queda alguna que otra emoción...
EliminarSara tienes toda la razón.
Un abrazo 🌸