lunes, 30 de abril de 2018

NOVELA DE MISTERIO 27 Y 28

SECRETOS ENTERRADOS CAPÍTULO Nª 27 novela 
                                                    
Allí estaba Paul con Lola, la que había considerado una grandísima amiga de su madre resultaba ser la tía de su padre. Aquello era algo sorprendente.
-No entiendo cómo mi madre me ocultó estas cosas.

-No la juzgues, hijo. En todo momento creyó que sería lo mejor para ti.

-Y tú también callaste.

-Si, también, pero lo hice por ella. Tu padre, no sé si podrá perdonarme algún día, es una pena ya que no voy a durar demasiado dado los años que ya tengo.

-No digas tonterías. Estás estupenda.

-Gracias, Paul. Sin duda, es el cariño que me tienes el que te hace hablar así.

El hombre se levantó del sillón.  Se acercó a la cama y depositó un beso en su arrugada mejilla izquierda.

-¿Me vas a dar la dirección de mi padre?

-Claro que si. Ya ha llegado la hora de que os conozcáis. 
De la mesilla de noche sacó un sobre y se lo entregó. 
-Me hubiese gustado ir contigo pero dada mi situación no va a ser posible.
Ve y después me cuentas. Te pido no seas duro conmigo, comprende que estaba atada a lo que tu madre me pidió. Con respecto a tu padre, explícale que no podía hacer otra cosa, él es mi sobrino, pero ella era mi mejor amiga. Hubiese dado mi vida por la de ella, puedes creerme.
La mujer se emocionó y  Paul sacó de un bolsillo un  paquete  de kleenex y secó sus ojos con cariño.

-¡Ay, Lola! ¿Cómo me presento ante mi padre? ¿me querrá ver?

-Estoy segura de que lo harás muy feliz. No se espera esta grata sorpresa.

Al rato se despidieron, prometiendo que muy pronto la visitaría de nuevo. 
Abrió la puerta y salió de la habitación.
Autora Verónica O.M.
Continuará

SECRETOS ENTERRADOS CAPÍTULO Nº 28 novela

El poco ruido que hizo la puerta al cerrar puso en alerta a la mujer que trajinaba en la cocina. Salió de ella secándose las manos en un bonito trapo de cocina.

-Debo marchar.
 Dijo el hombre en tono suave. 
Tenía una voz agradable, igual que su físico, aquellos detalles a ella no le pasaron inadvertidos. 

Cómo recordando..
-Me ha dicho Lola, que la estás ayudando.

Ella sonrió levemente ante aquellas palabras. 
-Soy voluntaria desde hace algún tiempo, hago realmente lo que me gusta.

-En nombre de Lola y mio, muchas gracias.
Diciendo esto le alargó su mano derecha. 
-Me llamo Paul. ¿Y tú?

Me llamo Celeste. 
Diciéndolo estrecharon sus manos.

Parecía ya no tener ninguna prisa por marchar y se quedó un largo rato charlando con aquella bonita joven, al parecer poseía cualidades que nunca había advertido en ninguna otra.
Autora Verónica O.M.

Continuará

4 comentarios:

  1. Fue muy buen día para Paul, porque parece que tal vez... tú sabes. :)
    Abrazo.

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    1. Muy bueno, Sara, al parecer se gustaron. Y...
      Un abrazo, feliz día 🌹

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La letras tienen el poder de llevarte a ese mundo dónde todo es posible, deseo te gusten las mias.
Gracias por tu visita, comentario y parte de tu tiempo 💙❤️